Desde que inicié mi embarazo tenía la meta de lactar a mi bebé de manera exclusiva los primeros 6 meses, para lo cual me dediqué a indagar. Leí varios blogs, revistas, compré libros y hasta asistí a grupos de apoyo de lactancia materna. Entendí que mi cuerpo se había empezado a preparar mucho antes de lo que yo imaginé.
Generalmente, uno de los primeros síntomas del embarazo es una pequeña molestia de nuestros senos y un leve endurecimiento (aun antes de sospechar siquiera que estamos gestando una vida). Se trata de la glándula mamaria que ha empezado a prepararse para hacer su labor en la alimentación de la cría. Durante el embarazo los senos empiezan a crecer poco a poco y al finalizar el último semestre algunas mamás refieren haber subido hasta 2 tallas. Nuestro cuerpo ha sido creado de manera sabia y en el proceso de la lactancia no ha sido menos.
En medio de este proceso escuché de algunos mitos para preparar nuestro cuerpo, tales como: pasarse un estropajo por los pezones, sacar los pezones con una jeringa (algo que debe ser muy doloroso), masajear, tomar algunos tés y bebidas de cereales, etc. Sin embargo, nada de esto actual sobre el proceso de lactancia sino más bien en la auto-seguridad de la mamá.
Algunos tips de preparación:
Es importante que sepas que los primeros 3 días bajan las preciadas gotas de calostro, (llamado también oro líquido) porque son pequeñas gotas con altas concentraciones de nutrientes e inmunoglobulinas (la primera vacuna) y que son suficientes para el pequeño estomago del recién nacido. Luego de estos primeros días, vino la bajada de la leche, ¡mucha leche! Se me llenaron tanto los pechos que aún se me sentían bolitas en las axilas, pero todo esto es normal.
Ánimo confía en ti misma, confía en tu cuerpo.